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JKG: Imprescindible, el trabajo científico y tecnológico

«La pandemia nos dejó una gran lección: la ciencia es vida, ciencia y tecnología hacen en una sociedad la diferencia entre vivir y morir», señaló el presidente del Comité Editorial de Crónica

Como una celebración a la vida, Grupo Crónica reanudó la entrega de premios a mexicanos e instituciones notables en los rubros de ciencia, tecnología, academia, cultura y comunicación…

Fue, la décimo primera edición, colmada de intelecto e inventiva, pero también de nostalgia y sensibilidad tras los aciagos tiempos del COVID. En 2020, la ceremonia se pospuso.

“Aquí estamos”, dijo al arranque Jorge Kahwagi, presidente y director general de esta casa editorial, en una frase con aroma a agradecimiento y bríos renovados.

“Lo que hemos vivido en los últimos meses da un nuevo significado a ciertas palabras, mucho más profundo, que llega a la raíz de nuestros corazones: dar la bienvenida hoy es mucho más que cortesía, es darle gracias a Dios por el reencuentro, la lealtad, la amistad y el compañerismo”.

Y sí, ahí estaban, en primera fila, los inspirados eternos, ya listos para recibir su galardón: la astrofísica Susana Lizano Soberón, premiada en la categoría de Ciencia y Tecnología; el historiador Javier Garciadiego Dantán, en Academia, y la lingüista Concepción Company, en Cultura, así como Karin Oechler, directora de comunicación institucional del Tec de Monterrey, en el terreno de Comunicación Pública.

A la experiencia única de mirarse a los ojos, y estrecharse -ajustándose a los protocolos sanitarios-, se refirió Garciadiego: “Qué emoción poder estar aquí, aunque con restricciones; significa que la epidemia va cediendo, que ya se ve alguna luz, así sea tenue, al final del túnel”. Y Company: “Lo recibo emocionada y gustosa, por las condiciones presenciales, y porque este premio se ha aquilatado como uno de los más prestigiosos a nivel nacional”.

Hubo quien habló de un festejo a la inteligencia y a la generosidad, pero en realidad se aplaudía a la vida, con toda su potencia y alcance.

“El talento y conocimiento adquirido tras muchos años de perseverancia y esfuerzo merece un destacado espacio en primera plana. No sólo es un acto de justicia, sino la oportunidad de abrir brecha al futuro para vivir mejor. La pandemia nos dejó una gran lección: la ciencia es vida, ciencia y tecnología hacen en una sociedad la diferencia entre vivir y morir. Ante las voces que dicen que el trabajo científico y cultural es prescindible, Crónica respondió abriéndole sus páginas”, dijo Kahwagi Gastine, desbordado en emociones y afectos.

“Intentamos mostrar que los mexicanos de excepción no sólo están en los libros de historia, no son estatuas de mármol, están entre nosotros: todos los días se levantan temprano, van hacia sus laboratorios, cubículos, oficinas y salones de clase a crear y compartir conocimiento. Tienen el don de iluminar el camino de los demás”.

En días en los cuales pareciera desdeñarse el quehacer científico y cultural, los Premios Crónica palpitaron de nuevo, justo para rendir homenaje a esos ámbitos. La sede del festín, como ya es tradición, fue el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, donde hubo espacio no sólo para la imaginación y la enseñanza, sino para recuerdos y anécdotas.

Así, se conoció la afición por las bicicletas y novelas misteriosas de la astrónoma Susana Lizano, sus andanzas de libertad por las calles de San José, Costa Rica, la tierra de su padre, y la remembranza de sus rodillas raspadas por interminables tardes de retozo.

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